¿Quién no se pasaría la vida viajando si pudiera? ¡Yo lo haría, sin ninguna duda! pero hasta ese dichoso día llegue, sólo puedo aprovechar los fines de semana y las "maravillosas" aerolíneas de low cost de Europa. No habrá tanta comodidad ni puntualidad, pero con un poco de suerte, una mochila pequeña, una buena guía y máximo 100 euros (incluído pasajes) puedes desconectar el fin de semana. El destino escogido esta vez: Lyon.
Con casi 2 millones de habitantes, Lyon es la tercera ciudad más grande de Francia y es famosa por su gastronomía. Los restaurantes locales, "Bouchons" ofrecen variedad de platos típicos con queso, carne y cerdo. Me aconsejaron probar un quenelle, de cerdo: croqueta de trigo o harina rellena de cerdo mezclado con huevos, mantequilla y leche. Tal vez no suene tan apetitoso, pero es delicioso. Otras especialidades culinarias: embutido y queso "La cervelle de Canut", buñuelos "bugnes", cortezas de cerdo "grattons", tripa rebozada "tablier de sapeur", morcilla "boudin", etc.
Los Bouchons se reconocen por su conocido diseño de mesas de madera y manteles de cuadros. Sonará infantil, pero cuando caminaba por sus estrechas calles de Lyon me vino a la memoria una escena de la película "La Dama y el Vagabundo", cuando están cenando espaguetti en la calle y de fondo, el típico romántico acordeón.
Romántica y sorprendente Lyon, se puede comenzar el recorrido desde la colina de Fourvière,donde se ubica la basílica de Fourvière construída en 1896, a 20 minutos está uno de los primeros yacimientos arqueológicos-romanos. Otro barrio interesante es el barrio antiguo del Viejo Lyon (Vieux Lyon) donde las calles están repletas de tiendas, bares y restaurantes. El barrio obrero, Croix-Rousse es considerado un patrimonio urbano asociado a los obreros de la seda llamados Canuts y la Presqu'île testimonia las evoluciones industriales de la ciudad.
Hay mucho que ver en Lyon, pero todo será mejor si la conocen directamente. Viajen y sean felices!
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