Revolutionary Road, es la primera película que vi en una sala Madrileña.
Sin duda una de mis favoritas, Revolutionary Road es una sátira a la anticuada sociedad americana de los años 50s, donde tu comportamiento estaba determinado por roles pre aceptados de la sociedad de la época: estudios, matrimonio, hijos, etc. Esta película nos incita a la autoreflexión de qué sentido tiene la vida si sólo vivimos porque tenemos que vivirla y no porque realmente disfrutamos vivirla, nos invita a reflexionar de lo importante que puede ser hallar el equilibrio emocional cuando el sentido que tiene tu vida te hace realmente feliz o si estas sumergido en una rutina que tú mismo no puedes o quieres romper y en donde muchas veces, sumerges la vida en pareja. La falta de decisión y el miedo al qué dirán le añaden una dosis de realidad cercana, muy tìpica a veces en sociedades Latinas.
Una sociedad hipócrita, frívola y bastante mediocre, ya que los deseos de independencia o lucha contra el sistema de sus individuos muchas veces se quedaban limitados por el sentimiento de conformismo y el terror al cambio o al que dirán. El director nos presenta una pareja que simboliza el perfecto matrimonio: jóvenes, atractivos, brillantes y enamorados, que supuestamente lo tenían todo para vivir felices, todo menos haber cumplido realmente sus sueños de jóvenes y cómo esa frustración va teniendo cada vez màs importancia para uno de ellos, la mujer. Y no olvidemos que en esta época, las mujeres se quedaban limitadas en la sombra del marido, destinadas a ser sus fieles esposas, adorables madres y dedicadas amas de casa. Estaban descartadas a vivir lo que realmente querían vivir.
Además de la trama en sí, me gustaron las actuaciones de Kate y Leonardo Di Carpio, nosé mucho de cine, pero es notable la evolución actoral de los dos, el sentimiento y la fuerza de algunas escenas hacen que sea interesante de principio a fin, eso sí, el final me pareciò un poco previsorio, pero no le resta en nada a todo.
A aquellos que les gustan películas para reflexión, se las recomiendo. Los románticos/as, absténganse! jaja.
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