Una noche con Clint y Quetin


Clint Eastwood y Quetin Tarantino son dos reconocidos cineastas estadounidenses, caracterizados por poseer una marca personal de dirección y producción de largometrajes muy distinta una del otro. Mientras que Tarantino es irreverente, creativo y original en la elaboración o elección de sus guiones, Eastwood tiene un don con el enfoque dramático, convirtiendo una historia simple, cotidiana en una obra maestra. Obviamente, ambos directores tienen cierta orientación violenta, uno más explícito que el otro.

La marca personal de cada uno de ellos no está explicada en ninguna web, no es promocionada en sus películas; es implícita. Todos aquellos que hemos visto alguna película de estos dos geniales directores, para bien o para mal, ya sabemos de antemano qué elementos podremos encontrar en sus próximas ediciones. Nuestra fidelidad hacia ellos es real, existen otros aclamados directores pero su estilo es bastante peculiar, por lo que los hace escasamente atractivos.

El finde pasado fue una noche buen cine, primero un clásico de Tarantino y luego el nobel trabajo de Eastwood.


Hereafter es una atípica historia de ciencia ficción y drama donde la historia personal de 3 personajes separados geográficamente se entrelazan por el interés paranormal con la vida más allá de la muerte. Este film cuenta con la producción de Steven Spilberg responsable de darle el guión a Eastwood e invitarlo a ser parte del proyecto. Matt Damon, Cécile de France y Tierry Neubic son parte del reparto de actores, mención muy honrosa a los hermanos McLaren por su brillante actuación. Es de suponer que la mano de Eastwood está con ellos, pero fue inevitable tener el nudo en la garganta gran parte de la película gracias a estos gemelos. Un sentimiento tan cotidiano como el amor fraternal, es genialmente interpretado en esta historia.

No es una joya cinematográfica, pero el veterano Eastwood nunca decepeciona como director, con 60 años trabajando en cine, ha hecho una notable evolución de sus roles clásicos de pistoleros rudos, para darse paso como un director extraordinario de historias dramáticas. Algunos de sus trabajos como "Sin perdón", "Mystic River", "Million Dollar Baby" y "Gran Torino" lo confirman. Por otro lado, ¿alguno no ha visto inglorious bastard aún?, esta cinta que en el 2009 fue reconocida por la academia, es una joya de Tarantino, una burla de la ocupación nazi. La ironía, genialidad y sarcasmo de Christoph Waltz en el personaje de Hanz Landa, nos da una idea de la absurda locura de los alemanes durante la guerra. La injusticia juega un papel de salvador y se reinvidica con el pueblo judío, interesante actuación de Brad Pitt como justiciero rudo y bastante desenfadado.

En resumen, dos buenos directores, dos marcas personales inconfundibles.

Vayan al cine!

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